La IA será con sentido o no será
Publicado por Fermín Lozano, Director de la Unidad de Negocio para autónomos, pymes, asesorías y horeca de Cegid en España en 11/12/2024 en ArtículoPara darle un propósito real a la IA, debemos asegurarnos de que persigue un fin concreto. Debe tener un impacto tangible en nuestro día a día
Fermín Lozano, Director de la Unidad de Negocio para autónomos, pymes, asesorías y horeca de Cegid en España. Foto: Cegid. Portal ERP España.
Se dice que todo alguna vez fue tecnología. En la Edad del Hierro, el proceso de fundición del metal era tecnología. En el Medievo, lo fue la imprenta. Durante el siglo pasado, el reloj, y, a principios de este milenio, el iPhone. A un ritmo vertiginoso, las invenciones pasan de ser vistas como tecnología para integrarse plenamente en nuestro día a día. Sin embargo, no todas ellas llegan a solidificarse; algunas se fosilizan antes de tiempo y acaban desapareciendo, como los NFTs, las criptomonedas y el metaverso. Estas quedaron en el estado germinal de “tecnología” porque, a diferencia de otras invenciones que sobrevivieron a su tiempo, carecían de un “para qué” conectado a la realidad.
También corre ese riesgo la tecnología inteligente, es decir la inteligencia artificial, basada en la suposición de que el cerebro humano puede ser imitado y, nuestro pensamiento, mecanizado. Este concepto, aunque de apariencia moderna, tiene raíces profundas. Ya en el siglo XIII, Ramon Llull dedicó gran parte de su vida a la construcción de una máquina lógica capaz de determinar la veracidad de una enunciación. Sin embargo, ha sido solo en tiempos recientes que la tecnología ha alcanzado niveles que le permiten “pensar” por sí misma, superando la famosa prueba de Turing. Esta prueba, fundamental para la filosofía de la inteligencia artificial, ha perturbado a muchos escépticos y fascinado a los creadores de ciencia ficción, quienes la ven como un punto de no retorno en la relación entre lo natural y lo artificial.
La tecnología es siempre un medio, nunca un fin
Y es que esta tecnología es un gran poder, y como tal, conlleva una gran responsabilidad. Los retos morales que la acompañan no son pocos, y los fabricantes tecnológicos debemos recordar que la tecnología es siempre un medio, nunca un fin. En el sector de la hostelería, por ejemplo, es inusual escuchar a un propietario de un restaurante decir “¡necesito digitalizar este negocio!”. El planteamiento suele ser: “¿cómo puedo aumentar las ventas? ¿y reducir los costes?”. En algunos casos, la respuesta está en la digitalización pero, en otros, está en la calidad del producto o la atención al cliente. Con la IA sucede lo mismo: será con sentido o no será. Porque, de los 230.000 bares y 70.000 restaurantes que se encuentran en España, es evidente que no todos la necesitan de manera inmediata.
En Cegid creemos que nuestro rol es acompañar a nuestros clientes de hostelería, encontrando el equilibrio entre el pensar y el sentir por ellos, para ofrecerles un proceso de digitalización adaptado a su ritmo y necesidades. Al mismo tiempo, vivimos de primera mano la evolución de este sector y sabemos que nuestra tecnología debe seguirle el paso.
Por ejemplo, hace un par de décadas, los restauradores estaban acostumbrados a dispositivos grandes, fijos y on-premise. Pero necesitaban algo que les permitiera estar más cerca del cliente, como dispositivos móviles. Esto fue posible gracias a la nube. Más recientemente, con la llegada de la pandemia, los clientes preferían no tocar cartas físicas. Los restaurantes encontraron la solución en el autopedido mediante códigos QR. Todas estas tecnologías son útiles porque tienen una razón de ser.
A nuevos retos, nuevas tecnologías
“¿Qué camarero ha vendido más vino este mes? Compara la Semana Santa de este año con la del año pasado.” Estas son algunas de las preguntas que nuestros clientes pueden hacer a Cegid Revo, nuestra suite de soluciones para la gestión de negocios de hostelería. El software, donde la IA juega un rol clave, se convierte en un asistente que responde y ayuda a tomar decisiones informadas sin necesidad de descifrar gráficos ni informes.
También podemos recibir notificaciones para gestionar “en vivo” el servicio que estamos prestando. Imagina recibir mensajes en el iPad-comandero que te alerten: “la mesa 3 lleva 10 minutos esperando sus segundos platos”, “los postres de la mesa 6 están preparados en cocina”, o “desactivo los calamares de todos los comanderos porque no tenemos stock”. Cegid Revo te notificará de lo que va sucediendo, convirtiéndose en un cómplice de tu operativa.
En estos ejemplos, la IA resuelve un desafío clave: reforzar el trabajo de los camareros y restauradores para ofrecer un servicio más optimizado y personalizado. La tecnología está allí para que, sin perder su toque humano, puedan hacer su trabajo aún mejor.
Para darle un propósito real a la IA, debemos asegurarnos de que persigue un fin concreto. Su objetivo no debe ser simplemente obtener el calificativo de “tecnología” o aparecer en los titulares, sino tener un impacto tangible en nuestro día a día, mejorando la manera en que hacemos las cosas. Solo así logrará perdurar, al igual que tantas innovaciones del pasado: trabajando en silencio y tras el telón, para que el negocio, en primer plano, brille.